El entorno en el que intervenimos se caracteriza por una topografía que desciende suavemente.

Las construcciones y carreteras cercanas al solar, dibujan sobre el territorio una figura que avanza replegándose sobre sí misma, adaptándose al terreno.

Detrás del solar (Norte), se impone el límite que construye el muro de la parcela colindante. Delante (Sur), se extiende un valle, un horizonte limitado a lo lejos por el perfil sinuoso de las montañas.

Nuestra intención consiste en evocar este entorno, en condensar las energías del paisaje susceptibles de transformarse en una arquitectura.

El proyecto se genera a partir de un pliegue que, a medida que crece, distribuye debajo o sobre él los distintos espacios de la vivienda. Como un horizonte ensanchado, el espacio construido participa de ese diálogo horizontal-vertical / dentro-fuera que intuimos en el lugar.