En los años veinte Le Corbusier revolucionó la arquitectura proponiendo lo que el denominaba la “machine à habiter”. En el fondo, la maquina de habitar lecorbuseriana no era más que el intento de hacer una arquitectura nueva con el rigor y precisión de la maquina. Y así, por ejemplo, la maison citrohan toma prestado el nombre de la famosa marca de automóviles: todo debe estar dispuesto, medido y pensado como si se tratara de una maquina.

Nuestra memoria rescata un anuncio de televisión, también de coches, cuyo eslogan decía “el lujo esta en el espacio” en alusión al gran volumen del vehiculo: podía verse un salón en el que uno de sus muros era una gran pecera en la que nadaban tiburones, delfines y tortugas.

Es ese rigor y ese lujo espacial lo que nosotros quisiéramos para nuestra propuesta residencial “Os Capelos” de viviendas protegidas de vanguardia.

El “rigor” lo introducimos primero con la geometría: todas las viviendas parten de una crujía base e idéntica, lo que permite su combinación flexible y adaptación a las diferentes condiciones topográficas de las distintas parcelas. Todas las viviendas disponen de la misma planta baja, cambiando la segunda para adaptarse a los tres tipos, y en las proporciones pedidas en las bases.

El “lujo espacial” se introduce primero por medio de la apertura visual de toda la planta baja a los espacios de patio delimitados por los muros, creando una doble piel de vidrio, recordando los miradores tan característicos de Galicia, que tan bien funcionan desde el punto de vista térmico.

Como en las villas de Le Corbusier y como en el anuncio de televisión, aquello que es pequeño se hace mas grande, al expandirse los limites espaciales fuera de los limites físicos que impone la arquitectura, que resolvemos además con el empleo de la piedra, granito y hormigón, como en tantas ciudades gallegas, para su perfecta integración en el paisaje con el paso del tiempo.

Todas las viviendas son duplex, incorporando las de dos y cuatro dormitorios un vacío en el espacio de estar de la planta baja. Dicho vacío introduce un espacio de sombra en lo alto en contraste con la luminosidad del nivel inferior.

Proponemos vivir abajo, en contacto permanente con el exterior, con el cielo y la luz; y descansar arriba, donde huecos precisos establecerán las relaciones visuales con el paisaje lejano, gracias a la altura y a la adaptación de las viviendas al terreno, que hace que unas “miren” sobre otras sin interferirse.

Estamos convencidos de que con los espacios que proponemos para vivir ofrecemos de verdad vanguardia, pues pensamos que uno de los mayores lujos posibles es el espacio y el respeto por el entorno.

Somos el espacio que habitamos.