El cementerio de Mont-roig del Camp, originario de 1950, se encuentra próximo al núcleo urbano, emplazado al norte del centro histórico. La ampliación plantea la prolongación del recinto existente, situado  a una cota superior a la del aparcamiento. Se prevé un nuevo acceso al cementerio, desde el nuevo aparcamiento resuelto con una  rampa adaptada. El espacio central, donde se sitúa el majestuoso pino existente, actúa de distribuidor de las alas de nichos estructurados en forma de peine. El color terroso y la textura del travertino romano, colocado como pavimento y material de aplacado, es un material idóneo para la buena sintonía cromática con el entorno. Se trata de una incursión sin impacto, por lo que también se cuida del arbolado, autóctono, y el aparcamiento resta pavimentado con gravilla ojo de perdiz de piedras locales.