¿Cómo resolver una medianera o como coser el final de un entramado urbano histórico? ¿Cómo ser vecino de la Catedral? ¿Cómo marcar cierta distancia y acercamiento a la vez? Desde el primer momento, al afrontarnos con el proyecto nos plantemos que la actuación necesitaba una absoluta integración, no mimética, con el entorno histórico y a su vez obtener unos espacios diáfanos que permitieran la flexibilidad que el programa funcional requería.

El proyecto se ha planteado en todo momento como un conjunto de espacios al servicio de la juventud. Consideramos que el programa será cambiante en el tiempo por lo que proponemos una distribución abierta y flexible de las diferentes funciones establecidas en el programa así como la posibilidad de incluir nuevas áreas de servicio. La distribución de los espacios se contagia del carácter joven de sus usuarios resultando un gran espacio común abierto y adaptable.

El edificio tiene un doble acceso, a nivel de calle accediendo a la planta baja y a nivel de plaza accediendo a planta sótano. Estos dos niveles recogen el programa más público y accesible del edificio. En planta baja proponemos un espacio para la exposición de arte joven y en planta sótano proponemos un espacio de intercambio de conocimientos. El espacio exterior de plaza escalonada se convierte en una extensión de estos espacios creándose una simbiosis entre exterior e interior. Este espacio exterior se ha pensado para ubicar diferentes funciones que puedan llevarse a cabo al aire libre.

Las plantas superiores recogen la parte de programa de atención a la juventud. Planteamos la distribución de las funciones en altura de más públicas a más privadas reservando la planta tercera para los espacios de gestión del centro, separándolos del resto de las actividades para que unas funciones no interfieran en las otras. La cubierta se plantea como un espacio mirador.