Abordamos este enunciado como un ejercicio mental, un momento de reflexión en el cual nos cuestionamos y proyectamos teniendo en atención la disciplina del diseño, o sea, intentamos establecer puntos en común entre la arquitectura y el diseño, procurando los limites de las mismas.

Para eso pensamos que la pasarela, además de ser un elemento de conexión con todas las funcionalidades intrínsecas a un puente, debería ser un símbolo, un icono. No podría ser solamente una pasarela más en la Segunda Circular que nadie se acuerda exactamente donde está.

Para eso proponemos una imagen fuerte, un anillo, un imagen que nos acuerde el movimiento de la luz, energía. El rastro que las luces de un coche deja al pasar. Como cuando Pablo Picasso pintó con la luz. Creamos un dibujo en el aire, un movimiento que por un instante paramos en el tiempo. Un objeto que vuela como un móvil de Calder. Líneas que a través de sus formas nos permiten intuir movimiento.

A través de una geometría sencilla en planta dibujamos una estructura ligera e integrada en el diseño de la idea que, en conjunto con los accesos, pretenden establecer un equilibrio en lo que respecta a la inserción urbana y al encuadramiento paisajístico.

Todos los accesos son en rampa, con inclinaciones que posibilitan la movilidad universal, esta inclinación poco acentuado permite que el atravesamiento de la Segunda Circular tenga inicio en puntos estratégicos organizando las circulaciones en los dos lados.

En relación a las soluciones constructivas, optamos por utilizar una estructura en acero reciclado, proveniente del desmantelamiento de coches. El revestimiento de la pasarela sería en espuma de aluminio, 100% reciclable, y que por ser un material leve nos permite reducir la dimisión de la estructura, o sea, la utilización de acero.
La estructura está hecha en taller y montada en piezas grandes que después don transportadas e atornilladas en sito, como una especie de un gran Meccano. Así conseguimos un rápido periodo de montaje y minimizamos los inconvenientes de una obra en una carretera tan movida como es la Segunda Circular.

En la parte inferior de la pasarela se montarán unas hélices que generan energía aprovechando el movimiento del aire provocado por el pasaje de los coches y por la energía del viento. Esta energía se va a utilizar para iluminar el puente por la noche. Esto es, proponemos un sistema auto sustentable para la construcción y manutención de la pasarela.