"Todo lo que podía verse de la antigua habitación era muy corriente y sin interés, pero todo lo demás era absolutamente diferente". Lewis Carroll.

LUGAR

Entendemos el lugar como un acumulador de situaciones, elementos o acontecimientos que se construyen como un único concepto desde una mirada amplia y compleja que establece las pautas de reconocimiento más allá de los valores propiamente visuales o físicos. El lugar que nosotros vemos tiene viento, luz, espacios maleables, la memoria futura de los habitantes y la apasionante incertidumbre de estar a medio camino entre lo Atlántico y lo Mediterráneo, además de unas pautas urbanizadoras ya establecidas.

ORDENACIÓN Y ABSTRACCIÓN.

Proponemos una mirada superpuesta, una trama abstracta basada en orientaciones, geometrías, escalas, etc, para establecer un sistema de yuxtaposición de tramas, una relación fondo y figura, o fondo y fondo, que dé lugar a una trama nueva que acepte sin imposiciones la convivencia de diferentes situaciones. Está nueva trama se propone como un orden abstracto regulador sobre otro orden preestablecido, una capa existente que se macla con la nueva para dar lugar a otro orden distinto establecido por la mezcla, la superposición y la convivencia de diferencias.

La nueva situación de superposición nos permite abordar la intervención con unas pautas modificadas sobre el lugar previo. Se mantiene la traza viaria, se modifica la topografía para adaptarla a las circunstancias propias de cada parcela en función de la trama que rige la intervención y se proponen espacios y edificios adaptados a esta topografía.

Ponemos en juego unos parámetros para crear un fragmento autónomo de ciudad que reconstruya esencias perceptivas asociadas a una comprensión propia del lugar. Vacíos, Plazas, Patios se configuran como los elementos básicos para definir nuestro nuevo “barrio”.

OBJETO Y PERCEPCIÓN.

La topografía, desde la trama reguladora inicial, configura unas situaciones espaciales esculpidas geométricamente y que ahuecan o vacían la realidad preexistente. Se proponen los edificios dándole más importancia al espacio vacío y a su relación con el terreno que a una forma propia o autónoma. De esta manera los edificios se van adaptando a la topografía, ya sea apoyados o “flotando”, primando la continuidad de espacios, de relaciones visuales, la orientación, etc.

Se respetan los parámetros normativos de altura, alineaciones y ocupación, y se agotan los parámetros de edificabilidad y número de viviendas para todas las parcelas.

Los  programas comerciales se agrupan en las plantas bajas alrededor de espacios tipo Plaza para recuperar la memoria urbana de los habitantes.

VIVIENDA.

Construimos los edificios basándonos en un tipo base que se adapta al tamaño de las unidades personales o familiares que los habitan.

Esta tipología se basa en un modelo racional basado en módulos de 3x3 m que se van agrupando en función de las necesidades de uso. Cada módulo tiene un uso propio: habitación, estar, comedor, terraza, y a estos módulos se le añaden baños y pasillos.

Se propone una estrategia perceptiva de relación con el lugar desde dentro del edificio (habitantes) y desde fuera (paseantes, observadores).

Desde dentro: la diversidad en el posicionamiento de los huecos, terrazas, patios y vacíos en general trata de establecer la continuidad espacial interior estableciendo relaciones internas entre las viviendas y mejorando el funcionamiento y la eficiencia energética de los edificios. Todas las viviendas tienen doble orientación, terrazas orientadas según las relaciones visuales óptimas y patios interiores. Además se propone una fachada filtro-almacén cuya profundidad varía en función de la orientación y que tiene la misión de controlar los parámetros de incidencia solar según las épocas del año.

Desde fuera: la continuidad de los espacios, y de los escalonamientos, con las plantas bajas que se convierten en cubiertas transitables y  la posibilidad de recorrer las distintas parcelas como un barrio en el que se suceden situaciones urbanas como plazas, vistas, calles, etc intenta conferir al conjunto unas cualidades que dependan más de la vida de sus habitantes que de la arquitectura.