El proyecto se envuelve a la materialidad del baluarte y del convento generando nuevos espacios y relaciones, acordes al programa que se necesita y posibilitando los nuevos usos. Se trata de crear un nuevo espacio dentro de otro. La propuesta se convierte en un elemento que multiplica las posibilidades de uso del espacio exterior del baluarte; una horadación en el mismo que se dilata según el programa y se relaciona con el convento a través de nuevos patios y terrazas. En el interior, el programa más público se ubica en planta baja. En cambio la necesidad de un nuevo programa de habitaciones para el hotel converge en “vaciar” la planta primera e introducir una nueva pieza continua que resuelve el programa de las diferentes tipologías de habitación requeridas.