Sobre un espacio difuso (límites volumétricos ya definidos en las bases del concurso) trabajar con una trama parece ser un principio lógico, inmediato, que trae consigo un orden. El siguiente paso definir unas unidades mínimas que agrupadas nos llevará a confeccionar los distintos tipos de vivienda. Las unidades son elementos que se agrupan siguiendo condicionantes funcionales y espaciales.
Se desarrollan tres unidades básicas:
Unidad1. 3x12x3 m3 espacio pasante, alberga todas las actividades públicas. Tendrá doble orientación y ventilación cruzada.
Unidad2. 3x6x3 m3 espacio filtro,espacio extensible y de relación con el exterior.
Unidad3. 3x6x3 m3 espacio intimo recoge las funciones del descanso, higiene y almacenamiento.
Definido las unidades y sus vínculos espaciales, se trata de llevarlo al límite de sus posibilidades combinatorias, consiguiendo versatilidad e individualidad en vez de seriación en la construcción final del bloque. Cada habitante presenta unas necesidades bien distintas,por tanto, hay un intento de responder a diferentes usuarios de diferente forma pero apoyadas en la trama que regula el conjunto.
La fachada importa como hecho urbano. Se genera desde la combinación de los tipos en la agrupación de la planta y en la decisión de cómo las viviendas se relacionan con el exterior. Construyendo un límite dinámico donde los grandes huecos del módulo de los espacios filtro, se convierten en las grandes manchas que la dotan de escala al conjunto del volumen. El resto se materializa como una doble piel de celosía fija que da una doble respuesta, por un lado una respuesta funcional como mecanismo de control solar por otro una respuesta subjetiva de control visual –mirar sin ser vistos -. Esta piel provoca en el interior de la vivienda un juego variable de vistas, sombras, luces y reflejos que nos viene dado desde siempre en ese intento de controlar y apropiarse del sol. Proponen trabajar con el límite, con su percepción, construir un refugio habitado.