La ordenación planteada propone la creación de una superficie continua, diferenciada cromáticamente en dos áreas, que se prolonga puntualmente para enlazar con el sistema viario existente. Los límites de la superficie quedan definidos por los propios edificios que delimitan el parque y por la calle del Muelle, ligeramente modificada en sus márgenes para reconfigurar las paradas y la zona de estacionamiento de autobuses. La separación del recorrido destinado al tráfico rodado se realizaría mediante bolardos.     

En el interior de la superficie se plantea la incorporación de un conjunto de “islas” delimitadas por curvas, planas de trazado circular o elíptico. El trazado elíptico posibilitará una mayor versatilidad para adaptarse a los elementos que se conservan.

La disposición de las “islas” persigue diluir superficialmente la dominante axialidad que desde su origen desempeñó el paseo central en la configuración del parque. Un trazado acorde con los usos de épocas pretéritas pero poco útil para incorporar funciones actuales.

El diseño adoptado evita además, los habituales trayectos direccionales que aportan los caminos, proponiendo un sistema de múltiples recorridos carentes de una configuración previa. Esta ordenación posibilita también la convivencia de áreas de remanso y de itinerarios de circulación peatonal.

El trazado de las superficies curvas responderá a la voluntad de incluir los elementos que se conservan en la nueva ordenación y a la necesidad de incorporar los nuevos usos previstos.

La superficies que contienen los elementos que se mantienen [esculturas, piezas de artillería, rosaleda…] estarán cubiertas de vegetación con césped y plantas variadas.

Las superficies destinadas a nuevos usos, incluirán zonas verdes y áreas revestidas con pavimento continuo de caucho o con madera sintética, utilizada en la pavimentación y en la configuración de gradas. 

Entre los nuevos usos, planteados de manera orientativa, se incluyen: un área de juegos infantiles, un gimnasio exterior provisto de aparatos de ejercicio para usuarios de diferentes edades y una zona para juegos de exterior [ping pong, futbolín…].

Las superficies con gradas posibilitarán zonas de estancia y relación para usuarios más jóvenes.

En el extremo norte del parque, donde confluyen las calles Emile Robin y la calle del Muelle, se plantea una fuente transitable con juegos de agua y luces de colores.

El reducido grupo de elementos verticales que se incorporan estará formado por un bar-cafetería, un aseo público adaptado y varios módulos informativos de forma cilíndrica con contenidos relativos al Casco Antiguo, al barrio de Sabugo, al Parque del Muelle o al camino de Santiago que transcurre por la villa avilesina.

El quiosco de música, carente de uso actualmente podría revitalizarse, acogiendo actuaciones callejeras, proyecciones o grabaciones musicales, que podrían organizarse durante el día y también durante la noche.

Los usos propuestos, de carácter orientativo, suponen un muestrario de las posibilidades que ofrece la ordenación planteada y evidencian la compatibilidad de diferentes funciones en un céntrico parque urbano.

En los márgenes del parque, se plantea la potenciación e implantación de terrazas de uso hostelero, vinculadas a locales de los edificios perimetrales.

La propuesta se completa con el diseño del mobiliario urbano, utilizando formas curvas de variada configuración, para adaptarse a diferentes usuarios y situaciones.