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Eduard Sancho Pou

Arquitecto
E.S.ARQ - UIC
BARCELONA | ESPANYA
http://www.grahamfoundation.org/grantees/3965-architectural-strategies

La profesión esta en un momento crítico y hay que reexaminar la figura del arquitecto y su responsabilidad social. Esta figura ha estado ligada siempre al oficio y ahora ha de empezar a ligarse a otro tipo de idea. A la de aventura emprendedora donde la investigación es básica. Hemos de ser capaces de generar ideas que sean políticamente viables, para convencer a los políticos y a la sociedad de ponerlas en práctica. Pasar de proyectar edificios a proyectar estrategias.

 

Estamos inmersos en una crisis, y durante muchos años no será necesario construir nuevos edificios, sino darles uso y salida comercial a los ya existentes. En lugar de proyectar edificios, proyectaremos estrategias. Y es tarea de la universidad, plantear hipótesis y soluciones a largo plazo, ya que los consultores y los políticos trabajan sobre escenarios cortoplacistas (normalmente los 4 años del ciclo electoral).

A día de hoy, la administración tiene como prioridad bajar el paro. Y en aras de la reactivación económica, están apareciendo modificaciones de planeamiento, liberalización del suelo, abertura de horarios comerciales, desregulación de densidades y alturas edificables, etc. Solo se construye lo que se puede probar a los bancos que es rentable. Aparecen casos de distintos ayuntamientos enzarzados en una puja, donde uno regala la licencia de obras, otro equipamientos y un tercero el IBI de diez años. El promotor, del mismo modo que Ryanair presiona al gobierno para conseguir subvenciones y ayudas para promover su negocio privado, busca la mejor oferta.

Estas concesiones generan un modelo que acrecenta la injusticia social. Dejando de lado al ciudadano, que no puede segregar su casa para que venga a vivir su hijo, o realizar una remonta donde alojar a un inquilino. La normativa no se lo permite y un posible encargo queda aparcado “Ad æternum”, dejando sin empleo a infinidad de profesionales.

La universidad debe de buscar soluciones que atiendan al ciudadano común. Hacer investigaciones que sean relevantes, formar a investigadores que tengan ideas propias, pensamiento crítico, y que hagan conexiones entre modelos previos y futuros.

Una posible línea de investigación, seria estudiar la migración de las estrategias del mundo virtual al mundo físico. Del mismo modo que las paginas webs pueden cuantificar cuantas visitas tienen, que compra la gente o quien lo recomienda, mediante un enlace link. Toda esa operatividad está pasando al mundo físico. Las cámaras de vigilancia ya no solo evitan robos, sino que buscan patrones de similitud. Y si en una tienda, un porcentaje entra por la derecha significativamente, hay alertas que se disparan, indicando que un producto/escaparate/oferta atrae a un determinado consumidor. Y ese conocimiento si se prueba que funciona en otra tienda, inmediatamente se aplica a todos los establecimientos de la cadena, materializándose en un proyecto, una obra física.

Ese mismo “Tracking” pero a una escala mayor, es lo que debería poner en marcha la universidad. Entender que pisos/inmuebles/parcelas se están vendiendo y porque. Y a partir de esos datos, empezar a proyectar basándonos en la demanda futura. Establecer convenios con idealista.com/fotocasa.es/ o la reciente unión de BBVA y Google. Ellos nos facilitan los datos y nosotros los analizamos para demostrar empíricamente hipótesis y tendencias.

Porque mucho me temo que con el envejecimiento de la población, la precariedad laboral de los jóvenes y la subida de los impuestos asociados a la construcción (IBI, ICIO, Patrimonial) entraremos en una espiral, donde cada año que pase, caerá de forma gradual el precio del m2 construido.

La vivienda pasará de ser un refugio patrimonial, a un valor “utility”, cuyo coste se establecerá en relación a su uso, similar a la depreciación de un coche.

Necesitamos investigadores que proyecten formas de dotar de valor a lo construido. El desafío es grande cuando todo tiende a lo digital, a lo intangible, y a lo inmaterial. Los arquitectos siempre han sido generadores de ideas. Ahora hemos de ser capaces de generar ideas que sean políticamente viables, para convencer a los políticos y a la sociedad de ponerlas en práctica.

El realismo debería englobar los fenómenos sociales, políticos y/o económicos que producen la arquitectura y pasar del objeto arquitectónico al sistema donde se desarrolla.

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