Prefabricar (hacer antes) no implica condicionar los valores tradicionales de la arquitectura.

Es una necesidad aumentar la calidad media de las construcciones, disminuir sus elevados costes, mejorar las condiciones de trabajo para todos los agentes que intervienen y reducir los excesivos plazos de ejecución.

La prefabricación de los elementos, o de los sistemas, logra estos objetivos. Nos interesa, además, aportar una libertad tipológica, necesaria ante el actual panorama de estándares anónimos que no resuelven las necesidades de los usuarios sino que someten a éstos. La propuesta es cultural: no separar el problema (prefabricar) de la arquitectura (habitar), es decir, tener consciencia del objetivo último de cualquier edificación.

Desde estos planteamientos se crearon dos sistemas industrializados, que se componen con los mismos elementos, los más adecuados, consiguiendo una alta eficiencia energética:

M02HPS-serie   y  M02HPS-modular

Ambos tienen la ventaja del precio cerrado y el plazo concreto, así como la flexibilidad necesaria para adaptarse a cada encargo en particular, a cada situación distinta. Se trata de sistemas de fabricación y montaje de edificios, independientemente de la naturaleza de los mismos. No se proponen formas, sino el sistema para fabricarlos y ponerlos en acción. En cada caso concreto se proyecta y planifica su producción, según las necesidades de programa, los condicionantes climáticos, económicos, etc.

Se plantea la responsabilidad medioambiental desde el propio sistema, con la elección de los materiales, su ligereza, su disposición, las ventilaciones y las orientaciones, así como el mínimo consumo energético en su fabricación, transporte y montaje. La calidad está garantizada desde el diseño en relación directa con la producción, la mano de obra especializada en taller, el pre ensamblaje total y un estricto control de calidad, parámetros que prácticamente han dejado de existir en la construcción tradicional.