Los aeropuertos crean experiencias prefabricadas donde el usuario sólo tiene que ver, oir y consumir. Se establecen unas normas marcadas, unas pautas que generan un ritual, que todos debemos seguir si queremos llegar a nuestro destino.

Pero a pesar de esa experiencia genérica, como sucede en cualquier espacio utilizado por grandes masas: como los conciertos, estaciones o centros comerciales- hay usuarios que alteran esas normas que definen estos espacios, generando lo que podríamos llamar: microcomunidades o comportamientos disidentes –intencionados o involuntarios-.

De esta forma, su experiencia deja de ser genérica para ser única y especial. Mediante la investigación y archivo de diferentes casos reales procedentes de noticias de prensa y videos, donde usuarios de diferentes aeropuertos del mundo cuestionaban sus normas. 

Los casos de estudio fueron agrupados en 8 categorías que corresponden a un momento concreto dentro de ese ritual impuesto. Estas son: 1. Oddly Familiar, 2. Prohibited Items, 3. Security control failures, 4.Delays & Boredom, 5. Controversial Cosmetics, 6. Baggage Carrousel, 7. Warm welcome or not, 8. Secondary Effects.

Llegados a este punto “Managing Dissidence” se materializó en 5 intervenciones que funcionan como un vehiculo para que exista la posibilidad,de que los visitantes del aeropuerto confronten y cambien algunos de esos rituales,tal y como hicieron los protagonistas de estas historias.

El proyecto define nuevas formas de prácticas arquitectónicas,  transformando e inventando "máquinas" que funcionan como un hito sorprendente, con escala humana, utilizando el humor como herramienta de interacción. Con todo esto podría ser incluso posible modificar algunas reglas existentes en estos espacios.

“Managing Dissidence” se entiendería como una forma de activismo que recodifica los rituales en aeropuertos, y los convierte en experiencias únicas y deseables.