Nos encontramos entre comprimidos. Solo hay delante y detras, la calle y el parque. 

Una cinta de chapa metalica brillante de cinco metros de ancho envuelve el programa. Es perforada en determinados puntos mediante ventanales que dejan ver su interior. El tamaño de cada perforación viene dado por el programa en su interior. 

La chapa metalica es muy brillante, refleja lo que pasa en el exterior. Por un lado los coches, la ciudad por el otro el parque. Los árboles se reflejan en la chapa, de modo que al final solo percibimos los huecos del edificio, el resto parece aire que pasa entre las dos casa vecinas. La luz es reflejada especularmente en la chapa de manera que entre muy adentro del paso público en plata baja y la gente se ve reflejada en ella al pasar. 

Una persona ciega que toca el piano necesita tranquilidad, puede invitar a sus amigos músicos y amates de la música pues su casa está dotada de una pequeña sala de conciertos. El vecino de arribar y el resto de la ciudad gozarán de su interpretaciones. 

El vecino de arriba es un novelista que tiene una gran biblioteca y varias mesas para escribir por si le apatece sentarse viendo el parque o viendo como la luz penetra por el patio de su casa. En el piso de arriba tiene una grane cocina con vistas al parque y una gran mesa para invitar a sus amigos y hacer cenas en la terraza. 

Los dos vecinos son muy amigos y se ayudan el uno al otro. Comparten la planta intermedia entre sus respectivas viviendas. Éste es un espacio para conversar, tomar el sol, plantar algunas hortalizas para luego hacer una buena ensalada de verano. También dispone de una barbaco y una mesa de grandes dimensiones.