Me desperté al alba, la luz atravesaba las cortinas e iluminaba mi habitación. Mis nietos dormían en la habitación contigua. Habían estado hasta muy tarde jugando por la casa. Se divierten mucho en esta vivienda, es cómo un gran juego para ellos, pueden pasar por diferentes atmósferas y crearse sus propios escenarios e historias. Su parte favorita son los pequeños jardines que cuido y crecen entre las estancias. Consiguen hacer un lugar realmente agradable para vivir, y no sólo para nosotros; he observado que algunas personas que atraviesan hasta el interior de la manzana se sorprenden a si mismas mirando hacía arriba, les fascina cómo la luz y el verde convierten el pasaje y le dan la vida que necesitaba.
Tenemos un vecino al que también le gustan mucho. Él ama la música y nos encanta oirlo. No hablamos demasiado, pero viene de vez en cuando a casa a agradecerme que cuide de esas plantas que le dan olor, frescura y vida a su casa.