¿Para qué nos subimos a las alturas?_
El ascenso a puntos elevados representa un arquetipo enterrado en lo más profundo de nosotros mismos, esa extraña conexión entre el cielo y la tierra que ,desde el inicio de los tiempos culturas de todo tipo han intentado plasmar y alcanzar a cualquier precio.
Las alturas son peligro, sensación de inseguridad, el abandono de la estabilidad y el confort de la tierra firme. Son rebeldía y lucha contra la gravedad impuesta sin remedio. Es por eso, que el control de las mismas nos hace sentir tan vivos. El ser humano es un nido de contradicciones y sentimientos encontrados difíciles de explicar con palabras. Vencer un miedo es en muchos casos la batalla más importante y la victoria más dulce.
Una vez derrotado el vértigo y reafirmados en la ausencia de control, lo que queda es paz , simplemente, esa satisfacción personal que solo se obtiene al superar un escollo y que nos brinda una perspectiva diferente de la vida a nuestra alrededor y de nosotros mismos de una forma que nunca habíamos siquiera imaginado.
El mundo bajo nuestros pies moviéndose a otro ritmo y desde otro punto de vista. Esa distancia que nos ayuda a entender las cosas y a captar los detalles que normalmente pasan desapercibidos en nuestras vidas ajetreadas y que dotan al todo de un concepto.
Estamos acostumbrados, sin apenas darnos cuenta, a mirar hacia arriba y hacernos preguntas en silencio, a pensar en nuestro futuro y nuestro pasado, si subimos a las alturas es para encontrar respuestas o para estar más cerca de ellas al menos, para demostrar que nada es imposible. Viviendo la tierra, soñando el aire.