Ante el enunciado propuesto “habitar un espacio dentro de otro espacio”, surge una pregunta clara ¿Qué es habitar? La respuesta no lo es tanto. Habitar no es tan solo ocupar un lugar, vivir en él, es hacerlo tuyo. Habitar requiere un proceso de apropiación, a menudo inconsciente, sobre el que se reflexiona en esta propuesta.

Como cada inicio en la historia, todo nace a partir de un viaje. Se propone abandonar la vida sedentaria y cómoda a la que nos hemos acostumbrado para volver a ser nómadas. Se huye de soluciones concretas, su localización es aquella que cada uno quiera imaginar, aquella en la que cada uno quiera completar su historia. No está permitido pensar demasiado, vale con dejarse llevar a donde arrastren los deseos.

Se plantea un módulo (uno de los infinitos posibles), una arquitectura a la mínima expresión, un espacio construido por experiencias, lo esencial del habitar. Cada uno será responsable de su cápsula, de ir componiendo el espacio con recuerdos y vivencias, levantar desde los inicios un lugar único e irrepetible que pertenezca a cada ser humano. Será éste, el que permita a cada hombre o mujer habitar cualquier parte del mundo. Como quien abre una maleta, con abrir esta burbuja en el sitio deseado, será suficiente para sentirse como en casa, para estar en casa.

En esta lámina tan solo se expone una historia, mi historia. Mi experiencia en un entorno natural y en otro urbano, como los viví o como me gustaría haberlo hecho, pero es obligación de cada uno crear la suya propia. Así es como se habitará el mundo, quitándonos el miedo al cambio

Y a lo mejor, quien sabe, en un futuro no sea este mundo el único que habitemos.