Nos encontramos ante un complejo turístico construido hace más de 30 años, que presenta ciertas deficiencias propias de la edad de la edificación. En algunos casos de trata de elementos físicos que se han deteriorado con los años, pero en otros el problema es bien distinto. Se trata de la obsolescencia de espacios, que lógicamente responden a la demanda turística del momento de su construcción. La edificación que ha llegado a día de hoy se corresponde casi fielmente con la original, habiéndose llevado a cabo únicamente obras de reparación y mantenimiento, y una renovación reciente de las instalaciones de protección contra incendios.

Estamos ante un edificio que se presenta al exterior de forma compacta, homogénea y simétrica, carente de elementos de referencia, sin una seña de identidad.

Cierto es que el turismo que predominantemente demanda la estancia en el complejo sigue siendo el tradicional de “sol y descanso”, pero encontramos  ciertas deficiencias que, cada vez más, se van considerando fundamentales para ir acorde al momento en que nos encontramos. Las nuevas tecnologías y los espacios de relación son ya elementos imprescindibles en nuestra sociedad. Es necesario adaptarse a los nuevos medios de comunicación y promoción.

Desde esta propuesta se trata de dotar al complejo de los servicios y espacios demandados actualmente en el sector, intentando mejorar, a un tiempo, su imagen. Es necesario convertirlo en un edificio atractivo y útil, transformando espacios inútiles para ofrecer nuevos servicios, mejorando la calidad de la actividad principal de sol y descanso, etc …

Debido a esta variedad problemática, se ha optado por dividir la propuesta en tres fases de distinto grado intervención y prioridad.

En primer lugar se agrupan las intervenciones que tratan de mejorar el aspecto y la seguridad del complejo, o reparar el deterioro de algunos elementos, sin la modificación del edificio.

En segundo lugar, se propone la introducción de elementos nuevos o la modificación de espacios existentes que aporten calidad y confort a la estancia en el complejo.

Por último, se hace una propuesta más “agresiva”, en la que se modifica el conjunto para la creación de nuevos espacios comunes que dan sentido a elementos actualmente inútiles, y propician nuevas relaciones con el entorno. También se busca una variedad de oferta en la unidad alojativa para adaptarse a una demanda más amplia.

En esta fase de la propuesta se trata de eliminar la homogeneidad y simetría que el edificio presenta, tanto al exterior como en el interior, haciendo la fachada más irregular y permeable. Se transforma el volumen compacto actual mediante la adición - eliminación de los módulos que componen el conjunto. Se permite la continuidad visual y espacial entre las zonas comunes del edificio y el exterior, creando así nuevas relaciones con el entorno.

Se propone también la reorganización de los módulos que componen las unidades alojativas, de modo que existan unidades compuestas por 2, 3 y 4 módulos.

La franja central de comunicación se modifica puntualmente para eliminar la división de la caja de ascensores en dos tramos, asignando nuevos usos a los espacios que quedan ahora libres. La nueva disposición de la "torre" de ascensores se presenta como un elemento singular, tratando de ser un atractivo más, un reclamo, junto con el empleo de diferentes materiales en fachada en un "juego" con la volumetría.

La planta de acceso se modifica de forma que se eliminan los elementos que obstaculizan la circulación para dejar un espacio amplio de uso público en la zona de entrada. La recepción se traslada a un punto de control en el acceso, frente a un área de uso mixto de CiberCafé – zona de espera – descanso. Se habilita una cocina compartida que sirve a la cafetería y a un comedor dispuesto al fondo de la planta.

En la zona de los patios se eliminan algunos módulos edificados para ampliar los mismos y crear espacios de relación con el exterior. Estas zonas serán de uso común y se utilizarán para descanso, juego de niños, lectura, etc ...