CONCURSO DE IDEAS. TERCER PREMIO

El edificio queda definido por su cubierta plegada, como una pajarita de papel (ocell de paper) posada sobre las huertas.

La edificación se sitúa en paralelos a la Avenida de Europa, al norte de la parcela, liberando un gran espacio al sur que se ofrece a la ciudad como un nuevo parque urbano con voluntad de continuar con las trazas establecidas por el paisaje hortícola.

Visto desde el parque la fachada propuesta mimetiza con la vegetación que lo arropa y con la silueta de la sierra de la Albera en su encuentro con el mar.

El edificio:

El cuerpo del archivo, paralelo a la Avenida de Europa, ofrece una fachada más urbana, más tectónica, que refuerza el eje de acceso a Llançá. El ala correspondiente a la biblioteca se desliga de este primer cuerpo abriéndose al parque. Sus formas son más libres para crear una sucesión de espacios que ayudan a configurar los diferentes usos que componen la biblioteca. Esta secuencia impide una lectura inmediata del espacio, invitando a descubrirlo. A través de este proceso de descubrimiento, el usuario atraviesa todos los usos previstos. Entre la biblioteca y el archivo aparece un patio, en continuidad con el parque, que permite el desarrollo de actividades al exterior. El espacio destinado a exposiciones y sala polivalente de desvinculan del resto del programa, estableciéndose en un nivel inferior. Mediante un sencillo mecanismo topográfico estos espacios tienen vistas sobre el parque así como iluminación natural. Al este el espacio de acogida y recepción compone la cabeza del edificio, el punto donde este alcanza mayor altura, siendo visible desde todos los accesos posibles.

Las fachadas del edificio son una respuesta a la orientación y usos que acogen. La biblioteca se abre completamente al exterior, con una mirada más discreta hacia el parque, a través de una celosía que la protege de la orientación sur, mientras que se abre por completo al espacio más tranquilo del patio.

El parque:

La dicotomía entre mar y montaña, pesca y agricultura, forma parte del patrimonio y tradición cultural de Llançá. El parque conserva las trazas, vegetación y recuerdos de las huertas que lo precedieron. 

Este parque se ofrece a la ciudad como antesala de la biblioteca. Este, junto al aparcamiento previsto, constituye un gran espacio vacío en la trama urbana de, por ello creemos necesario la intervención en el espacio del aparcamiento, mediante el empleo de vegetación que proporcione sombra y ofrezca una imagen más amable. De este modo se puede crear una continuidad de vegetación entre la ciudad y la ribera del río, hasta su desembocadura en el mar.