El proyecto del Parque Empresarial de Arte Sacro y Afines de Sevilla permite reflexionar sobre cómo resolver los espacios destinados a la producción artística desde sus vertientes económica, cultural y social. La funcionalidad, el clima y la capacidad del parque para cualificar una nueva periferia son condiciones generadoras de la propuesta. Perseguimos una arquitectura que apueste por sus valores intrínsecos y huya de planteamientos caligráficos y especulativos. Basándonos en la ciudad histórica, proponemos la reinterpretación del zoco como modelo urbano nacido de la especificidad comercial y productiva de los países mediterráneos. El barrio tradicional que agrupaba a los diferentes gremios artesanales se convierte en el modelo de referencia. Así, sobre una retícula de cinco metros de módulo, el conjunto del parque se forma por un grupo de volúmenes cuya agrupación genera un alfoz autónomo: La retícula facilita los modos constructivos y la eficiencia distributiva. La arquitectura sobre ella proyectada, busca rememorar la atmósfera íntima en la que han trabajado los artesanos tradicionalmente. Cada volumen se propone como un espacio productivo flexible, construido por varias capas funcionales que se iluminan de manera acorde a su naturaleza. En el límite exterior, una primera envolvente alberga los zaguanes y los espacios expositivos que reciben luz a través de una celosía continua. Tras este primer estrato, aparecen los espacios de producción iluminados mediante lucernarios orientados al noroeste. Por último, en el interior de cada volumen y separando talleres, pequeños patios proporcionan puntualmente luz directa. La combinación de los volúmenes crea un tejido de condición urbana formado por calles perpendiculares a una principal. En las intersecciones se forman dos plazas para el disfrute de los artesanos y la eventual organización de mercados al aire libre. El ornamento de estos espacios se confía únicamente a la sombra de los naranjos y al aroma del azahar.