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A nivel urbano, se plantea una volumetría blanca muy clara, con huecos de proporción vertical; un perfil definido y de líneas sencillas que únicamente se rompe en las terrazas que sobresalen -reinterpretación actualizada de los miradores típicos de Galicia- con el objetivo prioritario de acortar visualmente la excesiva longitud de fachada que impone el planeamiento urbanístico. Así, el edificio, en la proporción de huecos y vacíos, de cuerpos volados y alineados en fachada y su escalonamiento, adquieren un ritmo y unas proporciones más verticales, para ajustarse a la menor escala de las parcelas y del tejido tradicional urbano existente.

Respecto a la distribución de las viviendas y dentro de la rigidez tipológica del tradicional mercado de la vivienda, se han diseñado viviendas en las que, en mayor o menor medida, se flexibilice su uso y las posibilidades que los distintos usuarios a lo largo de toda su vida y situación familiar puedan aprovechar. Su aportación, manipulación y uso de distintos elementos como puertas correderas, aumenta las posibilidades de personalizar y utilizar su vivienda y enriquece espacialmente las dimensiones de la misma. Para esto se ha tendido a centralizar los espacios más públicos de las viviendas, permitiendo su unidad espacial y compartimentación parcial o total. 

Se han desarrollado estas ideas especialmente en la tipología de la vivienda tipo de dos dormitorios, en la cual se diseña un espacio continuo cocina-comedor-vestíbulo-estar de doble orientación, que permite una gran flexibilidad a la hora de utilizar las estancias y resuelve con sencillez la excesiva crujía de 14 metros de fondo obligada por normativa para esta edificación.

Viviendas más singulares, de 1,3 ó 4 dormitorios, resuelven las zonas del chaflán, áticos, o la colindancia con edificios preexistentes. Las viviendas en planta primera cuentan, además, con sendas terrazas al interior de manzana, de generosas dimensiones.

Mientras que el volumen principal tiene un tratamiento muy neutro a base de mortero monocapa blanco y seriación de huecos verticales, por contra, los miradores se diseñan metálicos y totalmente vidriados en los estares de las viviendas. 

La sobriedad exterior contrasta con la luminosidad y vida del interior de las viviendas, la madera clara, o los paramentos de vidrio traslúcido y piezas porcelánicas de gran formato de las zonas comunes.

En relación con la tradición local del tratamiento de fachadas y medianeras, se proyecta también un zócalo de chapa minionda en claro contraste con la austeridad del mortero: recoge la planta baja del edificio, accesos a portales y escaparates de los locales comerciales. Los áticos, retranqueados, también cuentan con este mismo cerramiento de chapa minionda, en tono gris oscuro, idéntico a las carpinterías exteriores de aluminio. 

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