En especial en esta zona con las importantes presencias del Castillo de Xivert, la Torre Ebrí, ...etc, que marcan el paisaje. Siguiendo las sensaciones del lugar, geográficas y culturales, se dispone un edificio especial, singular, con carácter único. Una construcción con vida propia que se integra en la trama de la ciudad. Un edificio noble y representativo, que al igual que las antiguas construcciones medievales, pretende ser centro de actividades. Un punto donde la población se reúna. Un “castillo” de múltiples funciones donde se integren funcionalmente las diversas necesidades de la localidad: centro cultural, centro cívico, aulas, guardería, oficinas privadas, oficinas del ayuntamiento, centro de documentación, punto turístico, zonas de ocio, un pequeño parque...etc. Todas las actividades, todas las personas tienen cabida aquí. Un centro en el que se sientan identificados los habitantes, lugar de encuentro y ocio. Parte de la propia cultura de la ciudad.

El perfil del edificio se recorta en el cielo de Alcossebre. Recuerda a las antiguas construcciones medievales, “homenaje” a la identidad del lugar. Se dota a la ciudad de un edificio singular, de referencia, un lugar de estancia y actividad. Las “torres” se elevan en el cielo, permitiendo vistas sesgadas desde muchos puntos de la ciudad, marcando su situación, como en los antiguas construcciones medievales, en todo momento se sabe dónde está el edificio. Las fachadas de colores reflejan los tonos característicos del cielo y el mar propios de Xivert. Se adapta a los cambios de alturas de los edificios anexos. Las “almenas” actúan de lucernarios y altillos, introduciendo la luz a todas partes a la vez que lo dotan de un perfil singular.

Un edificio accesible, flexible y amplio, diáfano, fácil de distribuir, que pueda cambiar de uso con el tiempo. Su estructura modular permite una fácil distribución de los espacios y programas junto con su sencilla integración en el edificio. Una obra que se puede afrontar en varias fases, independizándose en dos edificios si es necesario. Las entradas se marcan mediante torres de colores que articulan el espacio exterior. En el interior, amplios espacios bañados por la luz, zonas abiertas de varias alturas y calidad espacial. Modulable y diáfano, iluminado mediante aberturas al jardín y a través de las “almenas de luz” permiten la libre distribucción de los programas y las gran flexibilidad para albergar desde exposiciones, proyecciones, oficinas, bibliotecas, etc. Las alturas se alzan en la ciudad como iconos representativos del edificio. Buscan la luz del norte y del este, la de mejor calidad y la más adecuada para todas las actividades. Una construcción medioambiental, de materiales reciclados, ecoeficiente, adaptada y sin barreras arquitectónicas, para niños y mayores. Se conserva la zona de parque, con los árboles actuales, de separación entre los edificios, permitiendo que el edificio tenga una zona verde en la que apoyarse y desarrollar parte de las actividades. Un espacio intermedio entre el espacio público de la calle y el semiprivado del edificio en el que extender la calle y el centro. Una zona de luz y ventilación que permite la privacidad necesaria para las actividades y el óptimo funcionamiento medioambiental mediante un gran confort lumínico y térmico.