El proyecto, plantea una intervención que pone en valor el edificio histórico a través de la lectura de sus trazas, que constituyen una unidad constructiva y espacial en diálogo con la ciudad. En el Palacio se realiza una actuación respetuosa con la estructura original conservando y restaurando los elementos arquitectónicos de mayor valor, y planteando una reorganización de los elementos de comunicación y circulaciones del edificio existente. El edificio palaciego contiene todos los usos administrativos y de representación institucional que posee el Ayuntamiento de Laredo, mientras que en la parte posterior del Palacio se propone un nuevo pabellón que centralizará los servicios técnicos del Ayuntamiento. Concebido como una pequeña pieza de jardín independiente, contemporánea en su forma y materiales, que dialogará en su escala con la arquitectura del Palacio e intentara mitigar el impacto que supone la medianera del edificio colindante.
El proyecto crea un jardín ulterior, espacio semi-público de estancia y reposo, con el que se genera un eje de conexión visual y peatonal entre los tres palacios, de forma que la nueva intervención pase a formar parte no solo del palacio sino del proceso de adiciones y transformaciones que teje la trama urbana de la ciudad de Laredo.
La distribución y diseño interior del edificio así como su mobiliario se ha hecho en función del programa y con la intención de satisfacer sus necesidades de uso actuales, y del mismo modo se ha tenido presente la idea de adaptabilidad y movilidad de los elementos de división interior a fin de resolver posibles cambios o nuevas necesidades futuras sin demasiada intervención.
La idea generadora del proyecto de mantener el sistema estructural de muros de carga paralelos a la fachada principal, existentes en planta baja es la que marca el desarrollo del programa en bandas paralelas, separadas por muros estructurales en la planta baja, que se convierten en muros funcionales en el resto de plantas.