Recibimos el encargo por parte del Obispado con cierta indefinición de lo que se pretendía realizar. Enfatizar el acceso al museo, no interferir en los espacios de culto, organizar un recorrido y ordenar la exposición eran los requerimientos que detectamos como básicos para abordar el proyecto.

Apostamos por una intervención de carácter estratégico, podríamos decir que casi quirúrgico,  ligando los espacios a través de un mobiliario el cual definimos de la siguiente manera: Neutro en su aspecto; con un cierto carácter efímero vs. el carácter pétreo y permanente del entorno y finalmente con un lenguaje formal marcadamente contemporáneo frente la naturaleza clásica de las naves de la catedral.

En la Capilla del Santísimo situamos el primer mueble, visible des de la entrada a la catedral, con las taquillas y la “recepción”. De este punto se establece una visual hacia la Capilla  de las Fuentes Baptismales donde ubicamos dos muebles mas, ambos ligados visualmente, los cuales a la vez que marcan la entrada al museo resguardan la zona de la Capilla dedicada a la oración.

En el interior del museo los muebles ,de geometría simple y realizados en madera de haya natural, adoptan un lenguaje neutro con la voluntad de pasar desapercibidos, resaltando los objetos expuestos y evitando interferir en la lectura unitaria del espacio.