El pabellón se sitúa en la zona norte del conjunto escolar, lindando a través de un viejo muro de ladrillo con las vías del tren que llega a Talavera. El edificio dispone su lado más largo en la orientación e-o.

El edificio se resuelve de un solo gesto en bandas longitudinales de 2.77m de anchura con perfil en Z tanto en planta como sección. Se abre generosamente al norte para obtener una pista con luz uniforme y difusa. 4 lucernarios de grandes proporciones se pliegan sobre si mismos para formar, en el lado este del edificio un testero de planta en peine que da acceso a los vestuarios y a un almacén, concebidos como continuación de dichas bandas. Entre cada dos piezas aparecen patios privados acabados con grava que permiten su ventilación y su iluminación natural, enriqueciendo la vivencia de estos usos habitualmente considerados secundarios.

Su alzado sur es su cara hacia el patio del colegio. El acceso principal se encuentra en el eje pavimentado que existe entre las pistas de juego y que llega al edificio principal del centro, integrándose así con las sendas peatonales existentes. Un gran pórtico genera un espacio de transición con el pabellón y sirve también de lugar de juego sombreado en los recreos. Esta pieza baja se antepone al volumen de la pista deportiva atenuando su impacto visual hacia el colegio.

Constructivamente constituye un ejercicio de construcción seca y económica. Esta vez el edificio se construye casi íntegramente en acero, buscando sacar el máximo partido a los sistemas industrializados de cerramiento habitualmente utilizados en naves industriales. Se ha hecho un esfuerzo por ocultar las bajantes de pluviales por el interior del sistema de fachada evitando los poco estéticos conductos vistos esquivando los elementos estructurales.

Los cerramientos se realizan con bandejas autoportantes galvanizadas, que quedan vistas al interior y chapa lisa o minionda lacadas en gris o negro para cerrar el volumen hacia el exterior. Las cubiertas deck se ejecutan con chapa grecada microperforada para mejorar acústicamente el funcionamiento de la sala.
El interior de la pista dispone de un zócalo de 3.10m de altura construido con tablero aglomerado forrado con bandejas de acero galvanizado.

Aunque aulario y pabellón deportivo pertenecen a topologías edificatorias muy distintas, la modulación estricta, la seriación de volúmenes y la utilización del mismo juego de textura en las fachadas hermanan ambos proyectos, que pueden ser entendidos como una operación conjunta en contraste con los viejos aularios de ladrillo de los años 80.