La propuesta nace de la necesidad real de reactivación del delta del Llobregat a través de un programa impulsado por la UPC denominado Agrópolis, que propone la construcción de un Centro Tecnológico de la Industria Agroalimentaria. El proyecto se apropia del programa de necesidades real ampliándolo y buscando una ubicación distinta.

El solar elegido se asienta en unos campos de cultivo abandonados junto a la reserva natural de Filipines y el Remolar. A través de la construcción de este gran parque de investigación, se quiere contrarrestar el gran impacto ambiental que genera el aeropuerto, apostando por la creación de una gran masa vegetal, el vertido a la riera de aguas limpias para incrementar su caudal, y la construcción de piezas sostenibles y autosuficientes.

El edificio principal de laboratorios acoge el programa de formación, divulgación e investigación de agricultura ecológica. Su planta se acomoda a la red de caminos propuesta y su fachada principal mira a la balsa de recogida de pluviales.
La envolvente se convierte en un punto de referencia visual en todo el parque y queda configurada como un gran umbráculo de caña que protege todo el programa de laboratorios y aulas, ayuda a reducir la temperatura y permite el flujo de aire a su través.
La caña común, Arundo donax es una especie invasora que ha colonizado todas las rieras cercanas y está muy presente en todo el delta, la propuesta convierte este problema paisajístico en material de proyecto.