Esta vivienda se sitúa en lo alto de un cerro, con fuerte pendiente a sur y rodeado de sabinas. El programa es desarrollado perpendicularmente a la pendiente, abriendo los huecos de ventanas y terrazas hacia las vistas y enfatizando con el plano de cubierta esa apertura hacia el paisaje. Un pequeño pabellón se escinde del resto de la intervención; allí es instalada una sala de juegos y de música.

El volumen longitudinal  varía sus límites en función de los usos que alberga: de este modo, el cuerpo dislocado del garaje avanza sobre la entrada principal, el salón se adelanta hacia el desnivel,  acentuando su posición de mirador frente al paisaje, y en el dormitorio principal, la vivienda es horadada para  albergar una terraza cubierta.

El fuerte desnivel propicia la construcción de un basamento de apariencia pétrea que aísla la casa del terreno, y donde  se ubican una bodega y el cuarto de instalaciones.

El sistema de prefabricación por paneles sándwich  y cerchas de madera exige un claro despiece de todos los elementos, que son llevados desde fábrica  como un set completo para armar en obra. Los paramentos verticales son anclados sobre la superficie plana del basamento. 

El montaje es rápido y eficaz y  la poca relevancia de las cargas, así como los espesores del aislamiento térmico permite secciones mínimas, abaratando sensiblemente los costes de la vivienda.

Este proyecto se realiza por mediación de Viviendas de Madera Atlántico (VMA), que ejerce de contratista y aporta el repertorio de formas y materiales  con el que cuenta la empresa. El proyecto busca soluciones proyectuales que saquen el máximo partido de dicho repertorio.