El edificio se ubica en el entorno de la nueva estación intermodal de Zaragoza, en terrenos antiguamente ocupados por infraestructuras ferroviarias liberados por la llegada de la alta velocidad. La parcela se encuentra en un punto estratégico en el que confluyen la ciudad consolidada, el parque de próxima creación y el nuevo desarrollo edificatorio; y enfrentado además a la Aljafería, palacio-fortaleza musulmán del siglo XI
La propuesta repite en su fachada un patrón geométrico de inspiración vegetal estableciendo una relación entre el nuevo parque de la ciudad y la Aljafería
La estructura portante del edificio se separa del cerramiento, mostrándose en el exterior y constituyéndose en una gran celosía. El cerramiento, formado por piezas cerámicas y vidrios de diferentes tonalidades verdes, matiza la relación entre el interior y el exterior. El espacio intermedio entre estructura y cerramiento aloja pasarelas para limpieza y mantenimiento, que además actúan como protección solar del vidrio
El edificio se destinará a oficinas de alquiler, por lo que la estructura se concentra en la piel exterior y en los núcleos de comunicación vertical, que albergan los diferentes usos estáticos específicos (aseos, instalaciones). De esta manera se consigue la máxima flexibilidad en planta, permitiendo diferentes configuraciones de espacios de trabajo