El presente concurso nos propone una serie de condiciones muy claras: el edificio a construir –unas oficinas para la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 y Sede del Secretariado de las Naciones Unidas para la Década del Agua 2005 – 2015- es el punto culminante del frente edificatorio que configura el acceso al Parque Metropolitano del Agua. Como tal, forma parte de una serie de edificios que se entienden como “objetos” homogéneos en su volumetría y tratamiento arquitectónico.
Este emplazamiento en un punto de especial exposición visual obliga a dotar de carácter representativo al edificio, aunque siempre dentro de los límites que la seriación de “objetos edificados” impuesto. En definitiva, la volumetría general queda definida por el planeamiento, y nos viene dada como punto de partida del proyecto.
¿Cuáles pueden ser las estrategias para convertir un volumen dado, que además forma parte de una repetición en serie, en un hito urbano representativo?.
El instrumento arquitectónico de mayor relevancia visual sobre el que podemos actuar es la piel del edificio. Lo haremos con un traje que haga su imagen suficientemente pregnante como para convertirlo en un icono. Además, mediante operaciones de tallado, podemos remarcar o diluir la volumetría donde nos interese.
Utilizando ambos instrumentos, plantearemos una imagen de edificio-icono, capaz de presentarse como elemento singular en su entorno, pero también de integrarse e integrarlo, relacionarse con él y dotarlo de mayor entidad.
Obtenemos una imagen vibrante y sin escala definida, un volumen acuoso revestido por superficies que recuerdan las ondas que provocan las gotas de lluvia sobre la superficie de un estanque. Una vez liberados del condicionamiento de la imagen y la forma, la resolución del proyecto se caracteriza por la claridad y la economía espacial. El esquema funcional se basa en la separación entre torre y basamento