“Armónicas discordancias” es un gesto arquitectónico que indaga en las posibilidades de un espacio conocido: el claustro del monasterio de Poio (Galicia). Un espacio para ser transitado. Este gesto quiere ser una variación sobre el transitar cotidiano por este espacio claustral, generalmente desnudo.

Éste es un ejercicio de repetición. Repetir planos de un blanco translúcido para ser atravesados. Planos de un tejido ligero, ondeando al viento de este claustro, en la dirección del camino marcado por nuestros pasos. Este tejido de cierta transparencia  al ser colocado en secuencia ofrece un cierto grado de opacidad. La opacidad se va perdiendo al caminar en la dirección perpendicular al transitar. Pero al doblar la esquina y quebrar el recorrido, otra vez regresa esa confusión de no ver bien el fondo de la escena.

Caminar y caminar. Lo mismo en un quiebro, sin sospecharlo, te das de bruces con quien no esperabas darte… y es ese encuentro más teatral por estas telas ondeando al viento, que han llenado de luz reflejada este espacio cotidiano… Ya que es posible, se prepara la escenografía; que se  dé o no el encuentro, la experiencia del encuentro, es cuestión de suerte o de empeñarse en caminar y caminar entre los velos.

“Armónicas discordancias” un ejercicio de trabajo con la luz. La luz captada en estas telas blancas. Incidiendo sobre ellas crea un efecto interesante de translucidez y opacidad. La luz, al caminar, convierte lo ligero en sólido y lo sólido en ligero alternativamente…  sólo hay que ir dando vueltas alrededor del claustro.
“Armónicas discordancias” es una propuesta efímera que sólo pretende ser una manera alternativa de experimentar un espacio conocido. Lo demás, es cuestión de caminar.