La orientación de la parcela coincide prácticamente con los cuatro puntos cardinales. Destaca el dominio de vistas al Norte sobre el Pirineo Aragonés y la presencia de la autovía Zaragoza Huesca al Sureste.

El programa de necesidades exigía espacios de planta libre, salas de reuniones y despachos destinados a uso administrativo. Se complementaba dicho programa con una cafetería, cocina y comedor que debían de estar situados en planta baja.

El concepto del proyecto parte de la implantación en el solar. La tipología edificatoria elegida debía provocar un espacio de encuentro exterior que capturara el paisaje más cercano al tiempo de no renunciar a las vistas lejanas del Pirineo Aragonés.

Se pretendía huir de la concepción de edificación como objeto escultórico. De este modo se recurre a una tipología concebida por tres piezas perpendiculares entre sí que provocan un lugar de encuentro dentro del Parque tecnológico Walqa.

Este lugar de encuentro está planteado como la Plaza del Parque Tecnológico donde están situados los servicios generales del mismo.

Desde el aparcamiento principal se asciende hasta la plaza pública, y desde ésta y a través del umbral que provoca la pieza puente, se accede a los futuros edificios del parque tecnológico.

El umbral de 21 metros de luz libre es la puerta al Parque.

El edificio se compone de tres prismas rectangulares, dos de ellos dispuestos en paralelo, de una y tres plantas respectivamente, y un tercero perpendicular a los dos primeros. Las intersecciones de estas tres piezas generan los núcleos de comunicaciones mediante escaleras de dos y tres tramos, a las cuales acompañan espacios en doble y triple altura.

El ritmo de los huecos de fachada se ajusta a la trama estructural. Predomina la transparencia en casi todas las fachadas con el fin de aprovechar, por un lado, la luz natural en todas las orientaciones y por otro lado, las generosas vistas que nos ofrece el excelente entorno paisajístico en el que nos encontramos.