Las Gracias Reales concedidas en el siglo XVII a Marc Ferrer y Antoni Blanc en la isla de Formentera son extensiones de tierra con una superficie y un perímetro predefinidos que fueron otorgadas entre 1697 y 1699 por los tres co-señores de Formentera (el Arzobispo de Tarragona, el Ardiaca de Sant Fructuós y el rey Carlos II). Para definir el contorno de las diferentes Gracias Reales se realizaron un serie de hitos en puntos característicos. Con el paso del tiempo, a través de los pobladores que sucedieron a Marc Ferrer y Antoni Blanc, el contorno de las G.R. se materializó como paredes de piedra seca y caminos, los cuales eran más visibles y no permitían ningún desplazamiento de los hitos. La intervención llevada a cabo tiene como objetivo identificar, señalizar y restaurar los puntos singulares y las trazas que conforman el perímetro de este legado. Las Gracias Reales tienen un gran valor patrimonial al representar la primera huella sobre el territorio del actual pueblo de Formentera. El inicio de la construcción de su paisaje actual.
La parte más interesante de la intervención se centra en la investigación necesaria para determinar con exactitud el perímetro de las G.R. y sus puntos caraterísticos. Llegado a este punto se diseñó un sistema exclusivo para señalizar los puntos más relevantes que determinan el contorno de las G.R. adaptándose a condiciones y localizaciones heterogéneas. El soporte elegido, acero cor-ten, se formaliza como enormes grapas que abrazan los muros de piedra seca ó como piezas que dialogan con referencias ligeramente alejadas, inaccesibles.