Adaptación de una obra de los hermanos Álvarez Quintero dirigida por Eusebio Fernández Ardavín
Un marqués español, encarcelado como presunto autor de un asesinato, es ayudado por una mano misteriosa para escapar de su patria y refugiarse en París, donde se pone a trabajar como un simple empleado. Por otra parte, una joven millonaria, aburrida por no saber qué hacer, decide vivir como una persona normal trabajando como pintora y copiando cuadros del museo para ganarse el sustento.
Estos dos personajes se encuentran y acaban enamorándose el uno del otro, aunque guardando bien sus respectivos secretos. Él, al saber que la policía le sigue, escapa, dejando sola y desconsolada a la copista que vuelve a su ambiente y a su vida de persona rica. En una fiesta, vuelven a encontrarse y reanudan su relación porque él ha conseguido demostrar su inocencia.
En varias secuencias aparece el Museo, y se recrean algunas de las obras pictóricas de la colección, verdadera protagonista de la película. Destaca la secuencia final en la que aparece la sala de Las meninas con un espejo y cortinajes.
Decorados del arquitecto Feduchi.
