En 1970 se organizó un happening en Moratalaz (Madrid) para promocionar el proyecto de vivienda utópica La Ciudad en el Espacio, del arquitecto Ricardo Bofill. Un evento que nunca se llegó a documentar, un proyecto que nunca se llegó a construir. El 7 de Junio de 2017, la artista Anna Moreno, repitió aquel happening en el mismo lugar.  El evento consistió en el rediseño del escenario original, a cargo de Havi Navarro y Paula Currás, para acoger un concierto de blues y varias acciones performáticas.

La Ciudad en el Espacio fue un proyecto de vivienda social aprobado por el ayuntamiento de Arias Navarro. A raíz de este happening, realizado sin permisos, fue cancelado por las autoridades y nunca se construyó. Mientras que La Ciudad en el Espacio ha sido un proyecto de estudio fundamental para entender la arquitectura utópica de los 70, el happening ha quedado totalmente indocumentado.

A través de entrevistas a algunos de los asistentes y participantes del evento original, se dibuja un nuevo escenario que pone en relación la imaginación del futuro, la idea de progreso y la nostalgia. El proyecto se instaló en un descampado en Moratalaz el 7 de junio y luego se desmembró para ser trasladado, pieza a pieza, a una sala de exposiciones.

El desmembramiento y la recuperación de los trozos de un evento como anomalía, parte del relato original de The Drowned Giant, donde J.G. Ballard describe la aparición de un gigante varado en la orilla de una playa, que termina desmembrado de manera que nadie recuerda bien si ese evento sucedió o si se trató de una leyenda. Este tipo de paradoja se aplica a la idea de reconstruir un acontecimiento inconcluso, partiendo de relatos afectivos y de una aproximación a un acontecimiento que nunca sucedió, así como a sus implicaciones ideológicas contemporáneas.

De igual modo, el escenario no volverá a recomponerse nunca, y sus piezas serán diseminadas para albergar proyectos futuros, como resquicios de algo que sucedió pero pudo sólo ser apreciado en vivo.

Este proyecto  se enmarca dentro de la exposición “En los cantos nos diluímos”, comisariada por María Montero para la Sala de Arte Joven de Madrid, en residencia el Centro de Arte Dos de Mayo y La Casa Encendida durante los meses de abril y mayo de 2017.