(Sobre "La caverna" de José Saramago)

“Una pequeña alfarería, regentada por una familia que comprende que ha dejado de serle necesaria al mundo, frente a un centro comercial gigantesco. Un mundo en rápido proceso de extinción, otro que crece y se multiplica.
La caverna habla de un modo de vivir que cada vez va siendo menos el nuestro. Todos los días se extinguen especies, todos los días hay profesionales que se tornan inútiles, idiomas que dejan de tener personas que los hablen, tradiciones que pierden sentido, sentimientos que se convierten en sus contrarios.
No cambiaremos de vida si no cambiamos la vida.”

Así comenzábamos nuestra explicación del proyecto, porque desde este trasfondo entendemos este tipo de actuaciones sobre la ciudad. No es únicamente un edificio a construir, es mucho más, es un trozo de ciudad, vivo, a recuperar, a reactivar.

Por ello, el primer paso ates de abordar el proyecto fue hacer el esfuerzo por entender la realidad de entorno social y urbano en el que nos encontrábamos. Porque teníamos claro que era un edificio que debía “ser usado” y, entender cómo lo usarían los habitantes de lugar, era imprescindible para responder en las necesidades que aquel entorno urbano demandaba.

Entender el enclave histórico del entorno urbano en el que nos encontramos, entender que existe una convivencia entre el pequeño comercio de la zona y un ambiente cultural derivado del barrio de la Villa. Y entender el proyecto como un enclave, como el punto de unión o encuentro de los ámbitos cultural y comercial de la ciudad de Priego de Córdoba,, apostando por el pequeño comercio como un medio más de difusión del patrimonio histórico de la ciudad.

Y entender que existe una necesidad de revitalización de la zona. Y que la sociedad actual está pidiendo un Mercado de Abastos, que responda a las necesidades que desde tantos años han estado demandando.