Cronologías (inicial;final): 1917;1925 1993;2001 1938;1944

Proyecto de Anasagasti para la Casa Central de Correos y Telégrafos de la ciudad de Málaga, construido entre 1917 y 1925, uso que mantiene hasta 1986. El edificio se sitúa en un solar que ocupa una manzana completa que configura la fachada del Parque de Málaga a los pies de la ladera de la Alcazaba, junto con el Banco de España y el Ayuntamiento, dentro de una fisonomía de objetos ensimismados que sin embargo son capaces de ejercer su condición de borde y actuar de transición hacia la experiencia urbana del centro histórico malagueño. Se trata de un solar de 1480 metros cuadrados que linda al Norte con la calle Guillén Sotelo que la separa del muro de la Alcazaba, al Sur con la Avenida de Cervantes donde se ubica el acceso principal y que la separa del Paseo del Parque, al Este con la calle Alcalde P. Luis Alonso con fachada hacia el Banco de España y al Oeste con la calle J. Luis Peralta y el solar que ocupa la antigua casa del capataz de los jardines del Parque.

El edificio se configura como una planta en U estructurando las oficinas en torno a un patio de operaciones, espacio principal del edificio donde confluyen los flujos de la actividad pública, y que no renuncia a las bondades funcionales de la luz natural, que entra cenitalmente. La fachada principal se presenta hacia el parque, donde se ubica la entrada pública del edificio, entrada complementada por el patio trasero hacia el muro de la Alcazaba, que hace las veces de espacio de carga y descarga y que configura la tipología en U del edificio.

El proyecto se desarrolla en una planta de sótano, y tres plantas sobre rasante, incorporando todas las recomendaciones programáticas de correos y telégrafos. En el sótano se encontraban los archivos, los depósitos de materiales y los cuartos de aseo del personal de servicio. En la planta baja los servicios de correos y telégrafos con relación directa con el público y los grandes locales postales. En la primera planta las salas de aparatos telegráficos y dependencias anexas así como las áreas administrativas. La última planta se destinaba a viviendas, con las dos viviendas para los directores de Correos y Telégrafos y dos adicionales para Conserjes. La obra original tenía una superficie total construida de 3292 metros cuadrados. El proyecto indaga en producir unas formas diferenciadas del regionalismo más característico malagueño acuñado por Guerrero Strachan. El ejercicio formal propone una concepción más tectónica del plano, con una combinación de mampostería, fábrica de ladrillo y enfoscados, que forman un esquema tripartito que asciende desde el material pétreo que le concede al edificio su carácter público en la planta baja hacia el plano elaborado cerámico para rematar con la ligereza de la fachada enfoscada y pintada. Es fiel sin embargo a elementos definitorios de estilo como es la utilización de los vuelos cubiertos de teja árabe vidriada sobre estructuras de madera así como el énfasis en la composición volumétrica del edificio en contraposición al concepto de fachada como elemento eminentemente bidimensional.

El edificio sufre sus primeras modificaciones con la ampliación en 1944 cuyo proyecto es realizado por el arquitecto jefe del catastro urbano de Málaga y es entonces cuando se cierra en el patio con la construcción de una fachada, consolidándose la imagen del edificio como manzana cerrada. El programa de necesidades había cambiado bastante desde la inauguración del edificio y esta primera ampliación así como las siguientes modificaciones que sufre el proyecto original dejan patente la presión que dichos edificios sufren durante el siglo XX a causa de la rápida modernización de este uso.

A partir de entonces y hasta el momento de su cierre en 1986 el edificio sufre constantes transformaciones interiores y exteriores que van desvirtuando paulatinamente el proyecto de Anasagasti. En 1985 la superficie construida había aumentado hasta 3440 metros cuadrados. En 1986 se inaugura el nuevo edificio de Correos de Málaga abandonándose definitivamente este edificio.

En 1993 los arquitectos Rafael Roldán Mateo y Álvaro Gómez Pérez proyectan la rehabilitación del edificio para adaptarlo como Sede del Rectorado de la Universidad de Málaga, encontrándose en esos momentos muy deteriorado en el exterior y en palabras de los autores en estado ruinoso en el interior, a nivel estructural, de albañilería y de instalaciones. El estado de la estructura motiva la decisión de un vaciado completo del edificio aunque respetando tanto la tipología original en los que se recupera la ubicación de ambos patios así como la localización de los pilares como en el proyecto original. En la fachada Norte se le añade una tercera planta retranqueada y se reconfigura la fachada de dicha crujía hacia el patio trasero. Como variantes del proyecto sobre el edificio original, los arquitectos proponen la continuidad visual entre los dos patios, espacio donde además se ubica la escalera principal. También cambian el sentido del patio, incorporando unas circulaciones en torno a él, siguiendo la tipología claustral al uso. Por último el hallazgo de restos arqueológicos de gran interés "muro portuario y piletas de garum- incorporan cambios al proyecto, en el que desaparecen los espacios servidores "almacenes, instalaciones- en el sótano, resolviéndose como un gran espacio diáfano cuyo programa es museístico vinculado a los restos encontrados, que además quedan visibles desde una doble altura horadada en el patio principal del edificio.

El antiguo edificio de Correos y Telégrafos de Málaga destaca por su consideración funcional sobre las aspiraciones estilísticas en fechas tan tempranas del siglo XX. La obra de Anasagasti cumplimenta de forma magistral las demandas de la Dirección General de Correos y Telégrafos, y opta por una obra funcional, que evite la profusión de ornamento utilizando la tectónica y el tratamiento artesanal de los materiales autóctonos como ornamento de la obra. Aunque la obra de rehabilitación de los años noventa somete a la obra a un vaciado completo, la restauración de la fachada ha recuperado la piel del edificio con gran éxito. En el momento de la construcción del edificio Anasagasti apuesta abiertamente por un regionalismo que rechaza los matices folkloristas que no es incompatible con una modernización de la arquitectura española de principios del XX. La aproximación del edificio a cuestiones funcionales junto con la acertada y singular reflexión en torno al enunciado moderno de una arquitectura local son factores críticos para apoyar la protección de esta obra, que se encuentra indudablemente en la iconografía urbana de la ciudad de Málaga.

Teodoro Anasagasti y Algán nace en Bermeo, Vizcaya en 1880 y estudia arquitectura en la Escuela de Madrid. Labor profesional, teórica y docente se aúnan en la obra de este autor, Catedrático de Historia General de Artes Aplicadas y de Historia de la Arquitectura. Su formación es lógicamente de corte academicista aunque a partir de su contacto con Europa fue perfilándose como un autor comprometido con la modernidad tanto desde las formas como desde las técnicas constructivas.

La construcción de la Casa de Correos de Málaga forma parte del conjunto mayoritario de edificios de Correos que se construyeron en España en el primer tercio del Siglo XX, en el marco del desarrollo adquirido por este servicio y junto con las nuevas ideas funcionales asociadas a este programa. En el momento de la construcción del edificio Anasagasti apuesta abiertamente por un regionalismo que rechaza los matices folkloristas que no es incompatible con una modernización de la arquitectura española de principios del XX.