Comencé los estudios con una gran inquietud,
entusiasmo e ilusión y ahora la concluyo con una
mayor motivación para seguir ampliando mis
conocimientos y comenzar a adquirir experiencia en
este maravilloso mundo, desde la utopía con la que
he podido soñar en algunos proyectos hasta el
empeño y la capacidad de resistencia que he
desarrollado ante nuevos y diferentes retos. Incluso
en momentos de enajenación es la corriente de la
arquitectura la que te conduce a un penúltimo
esfuerzo. La organización personal e individual con
la que daba comienzo esta trepidante aventura ha
evolucionado a unas aptitudes de responsabilidad
común, creándome una gran fortaleza para
adentrarme a desafíos desconocidos que espero
sean tan gratificantes como el que ha sido llegar a
ser ARQUITECTO.