Tras el umbral de una arquitectura evanescente, silenciosa y genérica, la ciudad aparece viva y cambiante. El espacio urbano de Baudrillard se genera y regenera constantemente gracias a una amalgama de gentes, razas, tribus e individuos de todo tipo que coexisten en uno de los centros del mundo. Seguramente, Aldo van Eyck se hubiera sentido desbordado ante tal imagen, completamente informe e inabarcable. “If society has no form—how can architects build the counterform?” Años después de que se formulara esta pregunta, la arquitectura, definitivamente desprovista de su posición privilegiada como disciplina productora del espacio –sobre todo tras el denominado “giro espacial” en las ciencias sociales-, se reconoce descentrada e incapaz de abordar por sí misma semejantes cuestiones. Sin embargo, también hoy, una vez asumida por completo la dimensión social del espacio, existen numerosas voces que consideran la necesidad de reformular las relaciones entre arquitectura, espacio y sociedad, una vez agotadas casi por completo las vías propuestas desde el proyecto moderno. ¿Cómo imaginar entonces, los espacios del futuro? El geógrafo y filósofo francés Henri Lefebvre propone imaginar la ciudad desde su reverso: “La ciudad futura, si es que se logra esbozar sus contornos, se definiría bastante bien, imaginando el reverso de la situación actual, y llevando al extremo esta imagen invertida del mundo al revés.” A partir de ahí, la propuesta queda en suspenso, como aguardando ser explorada. Peter Marcuse continua: “(…) la ciudad no es una ‘cosa’, no es la ciudad tradicional, sino su inversa, es la realidad social a nuestro alrededor en un mundo cada vez más urbanizado. Tampoco encontramos una definición espacial. Una interpretación estrecha de la ‘ciudad’, en el sentido de ‘ciudad’ vs. ‘campo’, o ciudad como una forma espacial específica, sería una comprensión deformada del trabajo de Lefebvre y, en cualquier caso, supondría un empobrecimiento de su significado.”

Se propone estudiar el espacio urbano de Nueva York desde una perspectiva contraespacial. De este modo se busca aportar una visión diferente de una ciudad convertida en referente de la sociedad global. Más allá del estudio histórico de su entramado urbano, profusamente abordado desde el ámbito de la arquitectura, se pretende estudiar, a través de una serie de recorridos, múltiples fenómenos y eventos socio-espaciales que desvelen, en una ciudad hiperpositivizada, espacios negativos, reversos de la espacialidad dominante que puedan resultar de interés a la hora de comprender uno de los epicentros de la cultura occidental contemporánea. La arquitectura no aparecerá como elemento condicionante de la actividad humana ni tampoco como mero telón de fondo. Se trata de no perder de vista la ciudad como cuerpo físico, pero también relacional.

Inserta en un proyecto general sobre espacio y negatividad, la propuesta busca extender los avances realizados a partir de un Trabajo Fin de Máster (De-codificación del espacio público: soportes y disoluciones en la ciudad post-política) y un proyecto de Tesis Doctoral en curso (Spatium Negatio. Transitions in urban space representation through the perspective of negativity.) Ambos trabajos indagan en el concepto de contraespacio, introducido en términos socio-espaciales por Lefebvre, pero cuya genealogía puede trazarse desde Hegel hasta nuestros días, y que aparece como una comprensión espacial fructífera a la hora de estudiar las relaciones entre espacio y sociedad, en las que la arquitectura desempeña un papel muy relevante, sobre todo a la hora de imaginar escenarios por venir.