DESARROLLO DE LA COSTA DE MANHATTAN EN CONTRASTE CON LAS FENÓMENOS NATURALES

Desde un punto de vista morfológico-urbano, la isla de Manhattan sufre una desconexión radical entre centro y periferia, o entre la relación de su forma urbana y los ríos que la delimitan. Tal desunión entre ambas partes ha creado una indefinición tipológica en los márgenes la ciudad que se ha ido agravando durante su desarrollo histórico. Esta inestabilidad se ha acrecentado por la transformación económica que ha habido en el último siglo, de una  ciudad portuaria e industrial hacia una metrópolis financiera. En 2012, las inundaciones provocadas por el huracán Sandy mostraron la vulnerabilidad de Manhattan  frente a fenómenos naturales de gran intensidad y provocó un punto de inflexión en la forma que  tenía Manhattan para relacionarse con su margen marítimo. Tras este suceso, la ciudad de Nueva York ha abordado un ambicioso e intenso plan que tratará de reconfigurar dichos límites, así como protegerse de posibles nuevos desastres naturales. Tal transformación pone por primera vez en el punto de mira este fragmento olvidado de la morfología urbana, por  lo que se considera necesario crear un marco teórico que acompañe a dicha transformación.