Entender por sociedad, en esta era de globalización, toda la población: los más de 7.000 millones de seres humanos, y que en ella habitan 1200 millones de personas que nunca podrán acceder al mercado formal de la vivienda, ni aun destinando íntegramente sus salarios.

Asumir que a los arquitectos nos incumbe dar respuestas a los "problemas habitacionales de los sectores en situación de pobreza", y que incluso, ésta es nuestra principal función social.

Reconocer que conceptos y herramientas aceptados como válidos, e incluso destacados y brillantes para el Primer Mundo, pueden no ser los más convenientes y aun llegar a la categoría de contraproducentes para ser empleados en Latinoamérica, Asia, África… aceptando la posibilidad de que existan otros enfoque… igual de complejos, con los que encarar de manera eficiente los problemas de la precariedad habitacional.