La cultura Maker promovida desde diferentes sectores de la población y muy diversas instituciones está amparando una transformación social, que algunos se atreven a denominar como la nueva revolución industrial, cuyo principal objetivo es democratizar la tecnología digital fomentando su uso personalizado.

El lanzamiento de la revista MAKE en 2005 nace con ese claro propósito de fomentar las capacidades constructivas del individuo guiándole con sus manuales temáticos  y  promoviendo sus Maker Faire por todo el mundo, donde se pueden mostrar los logros de cada uno (http://makerfaire.com/maker-movement/).

Dada la gran variedad de espacios públicos o privados que albergan estos laboratorios y talleres de fabricación digital en instituciones, universidades o empresas, aparece un rico repertorio tipológico digno de estudio, sobre todo si nos centramos en los Estados Unidos como país referente en innovación de la tecnología de fabricación digital que exporta a todo el mundo, y máxime en el caso de la ciudad de Nueva York donde su actividad cultural encuentra un ecosistema idóneo para la difusión del conocimiento Maker y su inmediata aplicación al arte, el diseño y la arquitectura.