Este proyecto pretende indagar sobre los mecanismos de la creatividad gráfica y el diseño arquitectónico. El proyecto propone la idea del pensamiento gráfico como planteamiento, más que opuesto, complementario al concepto de pensamiento visual acuñado por Arnheim. Un planteamiento que surge más del concepto pareysoniano de la formatividad analizado desde el punto de vista del diseñador, no desde un enfoque cognitivo o perceptivo.

Los procesos de ideación en la arquitectura se han valido tradicionalmente del soporte gráfico aunque la revolución digital en ciernes parece haber desplazado -hasta cierto punto- este debate. Sin embargo, hay toda una tradición disciplinar en la que el papel del dibujo ha tenido un protagonismo determinante en el desarrollo del lenguaje arquitectónico, tanto por su capacidad de anticipar la arquitectura por construir como por su papel irreemplazable como vehículo del pensamiento proyectual durante siglos. Por otro lado, el rol que algunos arquitectos han otorgado recientemente a los aspectos diagramáticos de los dibujos proyectuales al hilo de la crisis planteada por la irrupción de las nuevas tecnologías, lejos de desplazar definitivamente el protagonismo del dibujar en el ámbito de la génesis proyectual, han reavivado el debate en torno al papel que el dibujo como herramienta de pensamiento arquitectónico puede desempeñar. En este sentido, la importancia otorgada a los diagramas en arquitectos como el neoyorquino Peter Eisenman no deja lugar a dudas respecto de la consideración del dibujo como herramienta de escritura del proyecto, haciéndose eco de teorías de los pensadores franceses de mediados de siglo XX en adelante, en especial Derrida  y Deleuze. Dicha concepción diagramática de la arquitectura se puede relacionar también con un origen disciplinar más lejano que podemos rastrear en los diagramas propuestos por Durand como herramienta de composición arquitectónica, formulados en su época como método de proyecto. Obviamente, la rigidez geométrica de unas y otras geometrías no es comparable pero el principio de trabajar sobre el esqueleto de las formas sí lo es.

El uso intencional de las leyes de la Gestalt -que puede ser enseñado con éxito- permite desdibujar las caracterizaciones propuestas por Goodman o Bafna, mejorando las posibilidades expresivas de los dibujos arquitectónicos. Evans ha mostrado con agudeza el papel de los dibujos arquitectónicos traducidos a arquitectura construida, poniendo de manifiesto la significativa importancia de los dibujos como herramienta de diseño, irreemplazable en determinadas épocas.

La irrupción de prácticas disciplinares disruptivas como son del diseño paramétrico y la fabricación digital ha introducido un cambio de paradigma con respecto a la relación entre arquitectos, dibujos y edificios, al estar las geometrías codificadas en scripts digitales en lugar de ser dibujadas a partir de relaciones de analogía establecidas en las proyecciones. La utilización simultánea de estas herramientas de C.A.D. y C.A.M. ha permitido a algunos autores plantear incluso el resurgir de una nueva materialidad emergente a partir de proyectos desarrollados con verdadera conciencia digital. Cabe preguntarse, pues, si el dibujo, tal y como lo conocemos, ha muerto definitivamente.

El proyecto se vertebra en dos acciones interdiscipinares diferentes: la investigación propiamente dicha como ensayo sobre el tema abordada desde un punto de vista teórico, por un lado, y la realización de una serie de lienzos que supongan una aproximación pictórica a los sistemas de orden empleados en la arquitectura y a la naturaleza diagramática de la génesis formal, por otro. Dichos lienzos -sirva el lienzo de la imagen de portada como ejemplo de la eventual producción pictórica- formarían parte de una exposición en la instución de acogida a modo de epílogo del proyecto. A caballo entre teoría y praxis, serviría como vehículo alternativo de difusión de la investigación además de las publicaciones derivadas del mismo.