La franja de Gaza cumple este 2017 su décimo año de bloqueo. 1.5 millones de refugiados, viven en un territorio destrozado. Gaza es una prisión al aire libre. Sin emabrgo, tristemente, no es el único territorio en esta tesitura. SIria, Iraq, Afganistán citando únicamente algunos casos que aparecen en los titulares día a día, experimentan el “síndrome de Gaza”. Desde la arquitectura, como una disciplina más al servicio de la sociedad, se busca la concienciación social e ir más allá: la denuncia a través del diseño, como arquitectos, nuestra manera de trabajar. Herramientas como el dibujo, el proyecto, el texto y el análisis han de servir como denuncia desde nuestra perspectiva.

La estrategia desarrollada por este proyecto de  investigación en Gaza, busca ser una forma de intervenir en otros territorios similares. Una salida tras la guerra y el desplazamiento, una propuesta sostenible y regenerativa de un territorio enfermo, inflamado y atacado.

La cultura es un acto de resistencia. El ser humano reconstruye una y otra vez su cultura aunque esta sea destruida por todos los medios, esa resistencia silenciosa que reafirma la identidad es la que dibuja el punto de partida de este proyecto. Un hábitat para 1.5 millones de personas, un nuevo comienzo utilizando la arquitectura desde su esencia: dar refugio al ser humano.