Este texto no persigue el desarrollo de una tesis previa, ni supone algún capítulo de la misma. Tras una experiencia de seis años en el ejercicio profesional de la arquitectura, lo que pretendo es abrir -en vez de cerrar- un tema de investigación que para mí siempre se ha presentado como intrigante, difícil, desafiante: las oficinas; los espacios de trabajo, los ‘workspaces’. Después de haber trabajado en numerosos proyectos de oficinas con objetivos y requerimientos muy diferentes, y tras haber escuchado a clientes de perfiles distintos y exigentes, supone un reto para mí descifrar las claves de lo que una buena y competente oficina debería tener.

« What will the office look like in 10 years’ time?
Greener – in every sense. Young people will choose office buildings based on facilities and lifestyle but also on their sustainability credentials. Future generations will be much more demanding and much more questioning in terms of what a potential employer will be doing to tackle climate change. So I think we will see a shift where creating a good quality working environment which is more responsible in terms of sustainability becomes good for business as well as for the environment. » (Norman Foster en una entrevista para la revista The Spaces)