El Edificio de Operaciones Industriales ZM se encuentra en la esquina suroeste de una terminal de tanques de combustible en el distrito industrial de Lusaka, Zambia. Un intenso y caótico tráfico de camiones, furgonetas y bicicletas discurre por la calle sin asfaltar que da acceso a la parcela. La actividad dinámica de esta vía se hace visible en el interior de la parcela a través de un límite permeable a la vista, frente a la sucesión de muros de bloque que caracterizan los límites de parcela de la ciudad y que empobrecen su imagen y su espacio público. El proyecto sin embargo busca abrir la parcela a la calle y viceversa mostrando su actividad al exterior.

Se plantea una pieza abstracta de planta cuadrada que alterna frentes de fachadas opacas y transparentes. Aunque la pieza es aparentemente similar en sus distintas caras, cada apertura da acceso a un entorno distinto y abre vistas hacia áreas diferentes. Esta pieza abstracta reacciona al entorno inmediato. En planta baja, se realiza el acceso a través de un zaguán cubierto orientado a este, mientras que en la fachada contraria se plantea un espacio cubierto de terraza. En el nivel superior, un espacio de trabajo en doble altura se abre a norte, hacia la terminal de combustibles mientras que, de nuevo en la fachada contraria las salas de reuniones se orientan hacia el tránsito urbano.

En sección cada nivel se resuelve con alturas bien diferenciadas. En planta baja se ejerce una compresión que busca la relación con el entorno cercano inmediato, mientras que el nivel superior de mayor altura se relaciona con un entorno más lejano; con el horizonte. Por tanto, en la planta baja se proyectan dos plataformas comprimidas generadas por el retranqueo de la fachada de vidrio, mientras que en el primer piso estos frentes de cristal generan terrazas lineales que se pueden utilizar para reuniones informales.

La vegetación circundante se plantea como un espacio de transición entre el entorno industrial y el espacio de trabajo. El edificio se ubica junto a un gran árbol situado en la esquina suroeste el cual articula el espacio en torno al edificio y le confiere una cualidad más acogedora y amable, ligada con la exuberante naturaleza del país.

Un cerramiento formado por grandes perfiles en Z de aluminio remite al entorno industrial al mismo tiempo que reacciona a los reflejos y los brillos de su entorno vegetal cercano. El clima tormentoso de Lusaka hace que la percepción del edificio sea muy cambiante. En cuestión de minutos el edificio puede quedar perfilado contra un intenso cielo azul enfatizando su vibrante piel o bien puede quedar difuminado en el gris pesado de las nubes de tormenta.