La Oficina Número Dos es un proyecto cuyo punto de partida es replantear los protocolos de trabajo de un real estate. El proyecto se centra en construir un lugar común para todos los agentes comerciales implicados en el funcionamiento de este tipo de empresa, que habitualmente funciona con boxes de trabajo relativamente estancos que atomiza la relación profesional y no potencia el espíritu de equipo.

El local se acondiciona construyendo un gran vaso ‘peludo’ que forra las preexistencias y aporta el confort necesario para trabajar. Actúa como fondo de escena para el mueble de 13 metros de longitud que alberga todas las acciones de la oficina.

Dentro de esta nueva piel, se plantea este gran mueble, cuya geometría y dimensiones son fruto de la marcada longitud y estrechez del local, de 16 metros de largo y apenas 3.5 de ancho. Es así como aparece esta pieza de 13 metros de longitud, cuya sección va cambiando para acoger los diversos programas requeridos: recepción, espera, reuniones, puestos de trabajo y área de descanso. Así, el mueble es en un extremo un banco donde sentarte mientras esperas (a 45 cm) y en el otro una barra donde poder tomar un café (a 1.10 cm).

La iluminación de los espacios de trabajo es también un diseño del estudio. Se trata de unos biombos en V articulados que zigzaguean a través de los distintos puestos de trabajo, ayudando a distribuir el área más extensa del mueble. Cada uno de ellos incorpora una lámpara linestra mecanizada con interruptores individuales.