Creo que hoy, sacar un proyecto adelante se parece más a un acto heroico que a un proceso intelectual.
Los proyectos “expres” están a la orden del día, dejando un único margen que es el del rigor o el de la profesionalidad.
Lo de la multidisciplinariedad lo llevo muy bien porque lo pago siempre yo y lo coordino siempre yo.
Me interesa la arquitectura que da respuesta desde la ética y el compromiso social. el espacio real y tangible y la emoción de esa experiencia en arquitecturas de pequeña o gran escala, de firma o anónimas, de cualquier tiempo y lugar.
El rigor en el proyecto, con el cliente, con las mediciones, con los planos, con la ejecución, con la constructora… es lo que me queda.