Con este proyecto nos proponemos abrir el oscurantismo asociado a los colegios profesionales, utilizando su estructura programática para unirlo a la red de espacios semi-públicos (privados de uso público) y públicos más representativos en el casco Huesca. Para ello utilizamos distintos recorridos que se entrecruzan en el lugar de intervención, las ruinas que encontramos en el subsuelo como atractor y la diferencia de cota entre las dos vías que lo delimitan al este y oeste. Con estas premisas de partida utilizamos el esfuerzo de TENSIÓN para investigar qué podemos sacar de él. A través de hilos tensos vamos dibujando los recorridos que pretendemos den forma a nuestra pieza arquitectónica, bajando a las ruinas, atravesándolo en diagonal o subiendo buscando las vistas que nos proporcionan las magníficas cubiertas. A partir de estos hilos que se van agarrando a las medianeras como telas de araña, completamos la morfología de la pieza con otros que encierren con ellos las distintas piezas del complejo programa, resultando en una estructura en plantas aristadas que van desde una planta semisótano tranquila, una plaza de disfrute de las ruinas y de las piezas más públicas del programa, salón de actos y biblioteca; pasando por una planta central de operaciones desde la que se accede a todos los servicios propios de un colegio de arquitectos; hasta unas cubiertas abiertas a las vistas de la catedral con los programas de divulgación, sala de exposiciones y cafetería. ¿Cómo insinuar el cruce de caminos que provocamos en la intervención? ¿Cómo atraer al paseante hacia la cubierta? La curiosidad y el erotismo. Frente al exhibicionismo del movimiento de la torre en el damero, la sutileza y efectividad del alfil. Nos quedaremos pues con este movimiento, y su capacidad para desvelar las tres etapas del proyecto: el parque de las ruinas, el plano de operaciones y la cubierta mirador, de modo que desplazarse a través de la intervención no signifique nunca dejar atrás una situación sino contemplarla desde otro punto de vista.